0,00 €

No hay productos en el carrito.

¿Cómo aumentar la defensa del trigo frente a patógenos?

Javier Sánchez, fitopatólogo molecular de la Universidad de Salamanca (USAL), participa en esta edición de las Jornadas de GENVCE para trasladar el estado de la investigación que lidera para combatir enfermedades del trigo como oídio, roya o septoria.

Este investigador, que ha desarrollado su trabajo durante nueve años en Zúrich (Suiza), destaca que en los últimos años se trabaja en dos direcciones fundamentalmente. Por un lado a través de la genética de la planta, y por otra parte mediante ensayos con trichoderma, un hongo beneficioso que se encuentra en los suelos y que es un viejo aliado de los investigadores en el control biológico de las enfermedades.

Este hongo puede cumplir una doble función: como bioestimulante que ayuda a la planta ante amenazas abióticas, como la sequía, y para hacer frente a patógenos, especialmente aquellos que atacan al sistema radicular.

Uno de los objetivos de la investigación liderada por Martín es descubrir si esa defensa de la raíz que ejerce la trichoderma se puede trasladar al combate contra hongos foliares. Se trata de detectar si se puede generar una resistencia sistémica frente a oídio, “pero también frente a roya y septoria, amenazas más presentes” en el entorno en el que se realizan estas investigaciones, que es la cuenca del Duero.

El proyecto de investigación está dando sus primeros pasos “y esperamos que nos permita responder a una serie de cuestiones, como la de descifrar el diálogo molecular a tres bandas entre la planta, la trichoderma y el patógeno”.

Si los resultados son positivos, este proyecto permitiría obtener una suerte de ‘vacuna’, de modo que se aproveche algún elemento genético de la trichoderma para inducir alguna forma de resistencia en la planta.

El reto puede parecer sencillo, pero la dificultad radica en hallar la “pareja de baile” adecuada, puesto que existen muchas cepas diferentes de trichoderma y muchas variedades de trigo, “de modo que no hay una trichoderma ideal, que sirva para todas las variedades comerciales”.

La investigación liderada por Javier Sánchez se centra en ‘versiones’ autóctonas de trichoderma y en las variedades de trigo más empleadas en Castilla y León. Las pruebas se realizan con 64 testigos comerciales.

Apostar por lo local

El empeño personal de Javier Sánchez es el de “apostar por lo local”, teniendo en cuenta que en el último medio siglo gran parte de la obtención de variedades se ha dejado en manos de grandes multinacionales, que pueden obtener semillas muy productivas al otro lado de los Pirineos que no siempre se comportan bien en España.

Al mismo tiempo, esa dependencia respecto a lo que se hace fuera convierte al sector en “vulnerable” frente a las grandes crisis o ante acontecimientos como la agresión rusa contra Ucrania.

Bajo este prisma tiene sentido una investigación como la que desarrolla en el seno de la USAL, puesto que “resulta de interés fomentar esa autonomía, especialmente en un territorio como el de Castilla y León, que produce el 40% del cereal de España”.

También destaca el “excepcional potencial” de nuestro país, tanto en el plano productivo como en el investigador. Solo falta que desde las administraciones se incida más en la ciencia, con un planteamiento a medio y largo plazo, y en el que “se apueste por el trabajo y por los resultados”.

spot_img

Últimas novedades